lunes, 6 de enero de 2014

TLCAN y EZLN: veinte años

John M. Ackerman
Hace 20 años, en enero de 1994, los dos extremos del México moderno celebraban sus respectivas victorias históricas. La oligarquía brindó con júbilo ante la entrada en vigor del Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN) que garantizaría sus inversiones y abriría nuevas oportunidades para el saqueo de las riquezas y la sobrexplotación del trabajo nacionales por el capital internacional. En el mismo momento, la sociedad mexicana celebró el renacimiento de la esperanza democrática con el levantamiento indígena del Ejército Zapatista de Liberación Nacional (EZLN) en Chiapas. Hoy los oligarcas son más ricos y las comunidades zapatistas avanzan con paso firme hacia la consolidación de su autonomía, pero el resto de la sociedad mexicana se hunde en un pozo de olvido, pobreza y desesperanza que pareciera no tener fondo.
El resultado más importante del TLCAN ha sido la total subordinación de la política económica mexicana a los dictados de Washington y del gran capital internacional. Todos los estudios demuestran que si bien el TLCAN ha generado un aumento en la inversión extranjera directa, sobre todo desde Estados Unidos, este flujo de recursos no ha propiciado procesos de desarrollo sostenible o sustentable de largo plazo. En los últimos 20 años el crecimiento económico se ha estancado, la desigualdad se ha profundizado, el medio ambiente se ha degradado y la pobreza se mantiene en un nivel totalmente inaceptable.
Sin embargo, lo más grave ha sido la desarticulación estructural de la economía mexicana. Los campesinos y los indígenas han sido obligados a abandonar sus tierras y migrar hacia Estados Unidos a una tasa sin precedentes; una multitud de pequeños y medianos empresarios han tenido que cerrar sus negocios y, en general, se han debilitado las cadenas productivas nacionales en favor de una inserción cada vez más subordinada y desigual en los circuitos internacionales del capital. Las oportunidades laborales disponibles hoy para los jóvenes, mal pagadas, sobrexplotadas y con pésimas condiciones de trabajo, son el espejo más fiel del gran fracaso del TLCAN, y el proyecto neoliberal que lo acompaña, para traer justicia, paz y desarrollo a México.
Este desmembramiento nacional ha sido la verdadera causa para el desastre de violencia, inseguridad y muerte que ha acompañado la guerra contra las drogas iniciada por Felipe Calderón y mantenida sin cambio alguno por Enrique Peña Nieto. La lógica del sálvense quien pueda que hoy predomina en el país convierte el abuso y la acumulación en la única forma para garantizar un mínimo patrimonio familiar para millones de ciudadanos. La inseguridad económica deviene en inseguridad pública y corrupción gubernamental.
En este escenario, los dignos indígenas rebeldes de Chiapas han logrado evitar su exterminio por la máquina de destrucción neoliberal. Tal y como han documentado en estas mismas páginas Luis Hernández Navarro, Adolfo Gilly y Gilberto López y Rivas, los saldos del levantamiento armado del 1º de enero de 1994 son positivos para quienes participaron en ello. El EZLN también hizo una enorme contribución a la democratización de la República y al movimiento global en contra de la globalización neoliberal. La reforma electoral de 1996 fue resultado directo del valiente levantamiento y la ola mundial de protestas históricas en las reuniones de la Organización Mundial del Comercio y de otros organismos multilaterales antes y después del cambio de milenio debe gran parte de su fuerza al ejemplo de los indígenas mexicanos.
Sin embargo, el EZLN no tuvo suficiente fuerza para articular un movimiento más amplio que pudiera transformar las coordenadas de la política nacional. Hoy nuestra democracia es igual de falsa y fraudulenta que la de 1994. Hoy como entonces las elecciones no sirven para empoderar a los ciudadanos, sino simplemente para aparentar legitimidad para el dominio de los mismos poderes fácticos de siempre. Y hoy como entonces la solución no se encuentra en esperar a los siguientes comicios, sino actuar desde ahora de manera organizada y consciente para desarticular el discurso de dominación y la realidad de la explotación.
La inédita velocidad con que se aprobaron las reformas a los artículos 25, 27 y 28 de la Constitución en materia energética ratifican una vez más que nuestra Carta Magna sigue siendo un instrumento sumamente maleable a los designios del poder. Así como hoy Peña Nieto y sus socios en el PAN y el PRD han aprovechado de su efímero control sobre las instituciones gubernamentales para complacer a sus amigos de las empresas petroleras internacionales, mañana una nueva coalición de ciudadanos dignos inspirados por la lucha zapatista y forjados por la experiencia de las imposiciones electorales de 2006 y 2012 podrán revertir con la misma rapidez los cambios constitucionales realizados.
El pasado 20 de diciembre el pueblo le hizo el vacío a la corrupta clase política en el acto formal de promulgación de la contrarreforma energética. Así como nadie salió a las calles para celebrar la victoria de Peña Nieto el pasado 1º de julio de 2012, hoy la sociedad vuelve a dejar solo a un presidente que solamente representa el poder del dinero y la corrupción. Tal como señaló la académica Irma Eréndira Sandoval en la Marcha en Defensa de México, el pasado 20 de diciembre: “Así como un río sin agua no es un río, una democracia sin pueblo simplemente no es democracia”. Ha llegado la hora para construir una nueva fuerza social capaz de derrocar, pacíficamente, pero sin un horizonte electoral inmediato, al puñado de corruptos y explotadores que hoy nos malgobierna.
johnackerman.blogspot.com
Twitter: @JohnMAckerman

domingo, 5 de enero de 2014

La CFE sube la luz mientras los espots oficiales ofrecen rebaja

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Aumentará el cargo cuando las familias consuman en promedio mensual 250 kilovatios
Contrario a lo ofrecido por la reforma energética, CFE comenzó a elevar tarifas
Más de 28 millones de hogares tuvieron incrementos de 50 por ciento en los recibos
Organizaciones vecinales de Iztapalapa protestaron frente a la Profeco por los altos cobros en las tarifas de luzFoto Jesús Villaseca
Víctor Zendejas
Periódico La Jornada
Domingo 5 de enero de 2014, p. 23
Mientras el gobierno federal asegura mediante una intensa campaña promocional que gracias a la reforma energética las familias mexicanas pagaremos menos por la luz, la Comisión Federal de Electricidad (CFE) comenzó a aplicar ajustes al alza en sus tarifas, que se actualizarán mensualmente, como está previsto para el caso de los bienes y servicios prestados por el sector público.
Información oficial de la CFE estipula que para la tarifa doméstica 1, la de menor costo, el cargo por energía sobre kilowatt-hora para el mes de enero del presente año será de 0.759 pesos contra 0.757 pesos que se pagaban en diciembre de 2013. En tanto para el intermedio el costo será de 0.927 en el presente mes contra 0.924 pesos por kilowatt-hora del último mes del año anterior. Para el rango de consumo excedente la tarifa en enero del año que corre queda en 2.709 pesos por kilowatt -hora, en comparación con 2.700 de un mes antes.
La CFE anunció que cuando el consumo mensual promedio registrado en los últimos 12 meses sea superior a 250 kWh/mes, se reclasificará el servicio en la Tarifa Doméstica de Alto Consumo (DAC) que le corresponda al consumidor de acuerdo a su localidad. En los meses subsiguientes para 2014 cada mes la tarifa sufre un incremento por lo que para el último mes se ubicará en esas tres categorías en 0.780, 0.960 y 2.808, en igual orden.
En tanto, el costo eléctrico industrial tuvo un incremento de 1.2 por ciento en comparación con el mes de diciembre de 2013, cuanto la tarifa estaba en 1.0331 para ubicarse en este enero en 1.0463 en el horario de las cero horas a las seis de la mañana, periodo de mayor actividad en el sector. En tanto la Tarifa Doméstica de Alto Consumo para la zona central, sin subsidio oficial el kilowatt-hora pasó de 3.807 a 3.822 pesos.
En la segunda quincena del último mes del año pasado a los más de 28 millones de hogares, que albergan a más de 107 millones de familias registradas por el Conapo, les llegaron sus recibos de luz con un incrementó en más de 50 por ciento, y en algunos casos, de hasta 75 por ciento en la tarifa. Quienes pagaban 160 pesos, ese mes tuvieron que abonar hasta 270, como lo muestra el recibo con número de servicio 514781000241 a nombre de Luis Ricardo Tamariz, quien en diciembre de 2011 hizo un pago de 140 pesos comparado con 145 pesos de diciembre de 2012 y 273 pesos del 19 de diciembre de 2013.
Alza de precios y retiquetación
Otros aumentos de precios se dieron en las gasolinas y el diesel que impactaron en la cadena de bienes de consumo familiar y alimentos. En los supermercados, las madres de familia se encontraron con un retiquetado en los productos para la despensa que subieron sus costos en 50 centavos; 1, 2 o hasta más de 3 pesos, como el caso del pan de barra, de dulce y bolillo o en todo tipo de latería, papel higiénico, lácteos, entre otros.
En un supermercado del Valle de México, por ejemplo, una lata de yogurt de 900 gramos costaba en diciembre 22 pesos comparados con 24 y 26 de enero de 2014. Así, un paquete de cinco piezas de jabón para baño de 150 gramos cada uno pasó, en ese mismo lapso, de 28 a 36 pesos. Un empaque de pasta de espagueti de medio kilo de la marca Barilla de 500 gramos subió de 11 pesos 13.50, y una lata de chile jalapeño de 220 gramos de 7.90 a 10.90 pesos.
Un pan de barra, apropiado para el desayuno de los escolares, sufrió, en algunos casos, un incremento de un peso, entre otros muchos productos. En tanto el jitomate se mantiene en un precio por kilo de 24, 25 o hasta 30 pesos, según el lugar donde se expenda, así como el chile poblano que no baja de 25 o 30 pesos, dependiendo del establecimiento.
En agosto pasado,el secretario de Energía, Pedro Joaquín Coldwell, aseguró que en caso de aprobarse la reforma energética en los términos propuestos por el gobierno federal, bajarán las tarifas de electricidad y gas, se crearán cerca de medio millón de empleos adicionales en este sexenio y 2 millones y medio más de aquí a 2025, además de que se podrá detonar el crecimiento económico entre uno y dos puntos porcentuales adicionales. Advirtió que en caso de que no se aprobara la reforma energética propuesta por el presidente Enrique Peña Nieto, México se convertiría en importador de crudo en tres años.

Un muerto y 17 lesionados por derrumbe en obra de la CFE

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La estructura no soportó el peso del cemento en la construcción de la subestación Narvarte
La paraestatal se deslinda: la edificación, responsabilidad de la contratista CIMY-Cobra
José Trinidad Santiago, de 23 años, falleció
La delegación, sin jurisdicción en los trabajos
Los trabajadores realizaban una mezcla de cemento en el tercer nivel de la estructura metálica que cayó por el exceso de pesoFoto Víctor Camacho
Los cuerpos de emergencia removieron escombros en busca de posibles personas atrapadasFoto Víctor Camacho
Josefina Quintero y Rocío González
 Periódico La Jornada
Domingo 5 de enero de 2014, p. 26
Un trabajador de 23 años de edad perdió la vida y 17 personas resultaron lesionadas, ocho de gravedad, fue el saldo del derrumbe en una obra en construcción en la subestación Narvarte de la Comisión Federal de Electricidad (CFE), ubicada en la calle de Pestalozzi número 1010, de la colonia Del Valle, informó la Secretaría de Seguridad Pública.
Aunque la CFE en un comunicado, da la cifra de 24 personas lesionadas.
Minutos después de las siete de la mañana de ayer sábado, el ruido por la caída de la estructura, los gritos y lamentos de los trabajadores que quedaron atrapados, alertó a los vecinos que de inmediato reportaron el accidente a los cuerpos de emergencia.
De acuerdo con el reporte de la CFE, trabajadores de la empresa Consorcio CYMI-Cobra realizaban una mezcla de cemento en el tercer nivel de la estructura metálica. El peso del colado venció la base y se vino abajo, pese a que los empleados corrieron, varios quedaron bajo los escombros.
Cuerpos de emergencias de la Secretaría de Seguridad Pública del Distrito Federal atendieron el llamado y con equipos especiales removieron los andamios y estructura de construcción para empezar el rescate de personas. En la remoción de escombros, personal especializado en rescate urbano encontró el cuerpo sin vida de José Trinidad Santiago, de 23 años.
De las 17 personas rescatadas, nueve fueron atendidas en el lugar por lesiones leves y ocho más requirieron trasladado a hospital. Los heridos graves fueron identificados como Emilio Tovar Vidal, de 56 años; Maurilio Cruz Gómez, de 38; Isaías Flores de la Rosa, de 36; David Cruz Águila, de 20; Nicasio Alcántara Benjamín, de 25; Jesús Josafat Orozco, de 20; Apolinar Días Cruz, de 60, y Cruz Avelar David, de 42 años.
Socorristas del Escuadrón de Rescate y Urgencias Médicas (ERUM), policías de la Unidad de Protección Ciudadana Del Valle y elementos de la Policía Metropolitana coordinaron su trabajo para ayudar a los lesionados, en el lugar había cerca de 75 trabajadores.
Por su parte, la CFE informó que las obras que se realizaban en la subestación Narvarte estaban a cargo de la empresa contratista Consorcio CYMI-Cobra.
Asimismo, lamentó el accidente y manifestó su disposición para coadyuvar en todo lo que requieran las autoridades competentes durante las investigaciones para deslindar responsabilidades.
A su vez, el jefe delegacional de Benito Juárez, Jorge Romero, explicó que no cuentan con información sobre la construcción que se realiza en el predio, ubicado en el cruce del Eje 6 y Pestalozzi, porque la obra pública federal se rige con otro marco jurídico y, por tanto, la CFE no realizó ningún trámite en la demarcación.
Indicó que tras el accidente, personal de la delegación llegó al lugar, pero después fue replegado por trabajadores de la Secretaría de Protección Civil, que atrajo el caso y será la responsable del resguardo del inmueble, así como de llevar a cabo el dictamen pericial para deslindar responsabilidades.
Estaremos pendientes y exigiremos que se dé a conocer el resultado de la investigación, pues si se trató de negligencia y no de accidente debe proceder una sanción penal, expresó el delegado.

sábado, 4 de enero de 2014

Exequias del corporativismo sindical

SECCIÓN:ARTICULISTAS FECHA:4 ENERO, 2014
Reforma energética
Martín Esparza Flores
Los cimientos del decadente corporativismo sindical crujen tras aparecer algunos de los muchos daños colaterales que traerá en el ámbito laboral de gremios como el de petroleros y electricistas la reforma energética.
Este año, su tradicional cartita a los Reyes Magos ya no permitirá a dirigentes de corte cetemista  gozar de los privilegios  oficiales  de  antaño; el panorama que se avizora en su horizonte anuncia barruntos de tempestades  porque el partido al que protegieron y bajo el cual se cobijaron por décadas, los ha dejado solos.
El cambio operado en la figura jurídica de Pemex y CFE, al de empresas productivas del Estado, les permitirá cometer un verdadero atentado contra los contratos colectivos de trabajo, y en general de todas las condiciones laborales vigentes antes de la infausta reforma.
Como aconteció con la aprobación de la reforma laboral, se abren las puertas de forma indiscriminada a las empresas contratistas para que mediante las outsourcings  se impida el acceso de las nuevas generaciones a prestaciones sociales como la vivienda o el derecho de antigüedad; pero además, se permite una alteración total al régimen de jubilaciones que ya ha encendido en el caso del  Sindicato Único de Trabajadores Electricistas de la República Mexicana, las sirenas de alerta al estimarse en más de 20 mil las solicitudes de jubilaciones anticipadas.
Caro están pagando las dirigencias cetemistas y sus legisladores la sumisión a un gobierno que desde el anuncio de la reforma laboral los obligó a  cruzarse de brazos en el Congreso.
De forma irresponsable no sólo se prestaron a tratar de minar nuestra lucha al violar el acuerdo de delimitación de zonas firmado años atrás, sino que todavía cometieron el craso error de ensalzar a su partido en las elecciones del 2012, a sabiendas de que se preparaba una emboscada en contra de millones de trabajadores,  de los bienes y recursos energéticos  de la nación.
Hoy, como representantes de ese sindicalismo corporativista que carece del verdadero consenso de sus bases, serán rebasados de manera natural pues nunca velaron en los hechos por la legítima defensa de los intereses de sus miles de agremiados que ahora deberán  tomar conciencia de la irreparable afectación a sus derechos.
Fieles a su acostumbrado sometimiento, las dirigencias del SUTERM y del sindicato petrolero, nada podrán hacer para revertir el daño ocasionado a los trabajadores que por años les entronizaron hasta llevarlos a acomodaticios e  ineficaces cargos legislativos. Los petroleros ya no formarán parte del Consejo de Administración de Pemex, tal y como lo solicitó el PAN, y si acaso podrán estar presentes pero como convidados de palo; es decir, sin derecho a voto.
Como hace un siglo, serán los propios trabajadores los que deberán asumir la defensa de sus derechos e intereses. Los embates ya comenzaron y habrá que unirnos y organizarnos para asistir a las exequias de un  corporativismo sindical que nada tiene que hacer en el desventajoso  escenario que implicará para los gremios de electricistas y petroleros la Reforma Energética.

jueves, 2 de enero de 2014

"Justicia ya, riqueza para todos."

 (29 de diciembre, 2013)
Protesta del SME frente a Los Pinos//Foto: Miguel Dimayuga, Proceso
John M. Ackerman
El inicio de un nuevo año es un excelente momento para soñar con un mundo más pacífico, justo y democrático, así como para fijar metas concretas que orienten nuestros esfuerzos durante los próximos 12 meses. El problema más grave en México es la enorme desigualdad que existe entre un puñado de familias oligárquicas que todos los días se quedan con una parte más grande de la riqueza nacional, y los millones de mexicanos pobres o de “clase media” que tienen que trabajar cada vez más para apenas mantenerse en el mismo nivel de sobrevivencia. Nada justifica esta situación de enorme injusticia, y todos deberíamos redoblar nuestros esfuerzos para combatir este mal durante el año que está a punto de iniciar.
En principio, a cada mexicano le debería tocar una parte igual de la riqueza nacional. De acuerdo con los mejores cálculos internacionales, el Producto Interno Bruto (PIB) per cápita de México hoy equivale aproximadamente a 10 mil dólares, o 130 mil pesos mexicanos, por año. Es decir, el valor de mercado de todos los bienes y servicios producidos en el territorio nacional durante 12 meses alcanzaría para que todos y cada uno de los mexicanos, incluyendo niños y personas de la tercera edad, recibieran un salario de aproximadamente 11 mil pesos mensuales.
Si México fuera un país justo, una familia de cuatro personas ganaría 44 mil pesos al mes. Quienes hoy reciben menos de esta cantidad, independientemente de su actividad laboral, están siendo explotados injustamente y tienen pleno derecho de protestar y demandar su justa porción de la riqueza nacional. En cambio, quienes ganan más de esta suma tendrían que ofrecer argumentos de peso, aceptables para todos, si pretenden validar su posición de privilegio dentro de la economía nacional.
Un ejercicio similar tendría que hacerse no solamente con respecto a los ingresos nacionales, sino también con respecto a la riqueza nacional. Esto significaría repartir de manera equitativa todas las ganancias generadas en un año, y también la totalidad de bienes y servicios acumulados a lo largo de las últimas décadas y poseídos hoy por los mexicanos. Si bien es muy difícil encontrar cifras confiables con respecto a la concentración de la riqueza, las cantidades son sin duda mucho mayores, y su redistribución generaría condiciones de mejor bienestar para decenas de millones de mexicanos.
El artículo 123, fracción IX de la Constitución señala que todos los trabajadores del país tienen “derecho a una participación en las utilidades de las empresas”. Si bien este derecho es violado con frecuencia por medio de una multitud de artimañas jurídicas y políticas, este texto constitucional expresa un avanzado y moderno concepto de la necesaria redistribución de las ganancias económicas. Esta lógica debería aplicarse no sólo a las utilidades “de las empresas”, sino a todas las ganancias del país en su conjunto, ya que la riqueza nacional surge del trabajo y el esfuerzo de todos los mexicanos.
En algunos casos, la concentración de los ingresos o la riqueza nacional en pocas manos se justifica con el fin de promover inversiones o ahorros de largo plazo o para aprovechar “economías de escala” en la producción de bienes y servicios. Por ejemplo, desde luego tiene sentido contar con un Estado fuerte que concentra algunos recursos y es capaz de obligar a los actores políticos, sociales y económicos más poderosos a respetar la ley. Asimismo, para la producción de algunos bienes y servicios particularmente sofisticados o complicados, existe la necesidad de hacer confluir recursos y talentos.
Pero un principio central en un sistema social moderno y racional debe ser que todos compartan de manera equitativa los frutos producidos por la sociedad de la cual forman parte. Hay que romper de una vez por todas con la fantasía neoliberal de que quienes tengan mayores ingresos “merecerían” su riqueza con motivo de sus “talentos” más desarrollados o su “estatus” más elevado. En una sociedad democrática ningún ser humano merecería recibir menos que otro, ya que todos serían esencialmente iguales.
Las evidentes diferencias superficiales que caracterizan nuestros físicos o nuestras personalidades no debieran ser utilizadas para justificar una situación de explotación y desigualdad oprobiosa e inaceptable. Habría que deshacernos del racismo, el machismo, el clasismo y el elitismo de una vez y para siempre.
Pongamos todos lo que esté a nuestro alcance para que 2014 sea simultáneamente un año de protestas y denuncias expansivas, en contra de la desigualdad, el saqueo y la corrupción, y un periodo de construcción de nuevas alternativas ciudadanas a favor de un país, y un mundo, más justo, pacífico y democrático.
www.johnackerman.blogspot.com
Twitter: @JohnMAckerman

México SA

¿Y las mieles del TLC?
Videgaray: para Ripley
Gasolinazo mejorado
Carlos Fernández-Vega
En octubre de 1993, un apocalíptico Rudiger Dornbusch, entonces destacado integrante del Instituto Tecnológico de Massachusetts y muy cercano al régimen salinista, pregonaba que si el Congreso estadunidense rechazaba el Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN), la economía mexicana sufrirá un derrumbe similar al de 1982, con grandes fugas de divisas, que forzará una devaluación y recesión importantes. Para su tranquilidad, dos meses después, en enero de 1994, entró en vigor este poderoso instrumento para atraer nuevas inversiones, crear empleos productivos y elevar el bienestar de los mexicanos (Salinas dixit, obvio es).
¿Qué sucedió? Pues con todo y que el poderoso instrumento fue aprobado y entró en vigor tal cual estaba planeado, aconteció exactamente lo que pronosticó Dornbusch –amigo de Pedro Aspe y asesor de tesis de Luis Videgaray–, es decir, la economía mexicana se derrumbó (en 1995 y en 2009); la fuga de capitales alcanzó una proporción superior a la registrada en tiempos de José López Portillo (el último año de Salinas las reservas internacionales se vaciaron, y sólo hay que recordar que con Fox y Calderón en Los Pinos la exportación de capital superó los 200 mil millones de dólares); el tipo de cambio se fue al caño (de 3.4 con CSG a más de 13 pesos por dólar actualmente, o lo que es lo mismo, alrededor de 400 por ciento) y la recesión es el pan de cada día desde hace, cuando menos, dos décadas.
Al igual que la advertencia de Dornbusch, que se cumplió con todo y tratado, el entusiasta pronóstico de Carlos Salinas de Gortari terminó en el bote de la basura: no se generaron empleos productivos (en realidad, la informalidad se desbocó, y a estas alturas 60 por ciento de la población ocupada sobrevive en ese sector) y mucho menos se elevó el bienestar de los mexicanos (61 millones de pobres –cifras oficiales– certifican tal señalamiento, aderezado con el dato del Coneval de que 82 por ciento de los mexicanos registran cuando menos una carencia, es decir, sólo 18 de cada cien reportan bienestar íntegro). Por si fuera poco, el crecimiento económico a duras penas alcanza una tasa anual promedio de 2 por ciento, y descontando.
Salvo en el pronóstico sobre el volumen de inversión foránea (y eso con sus asegunes, porque a últimas fechas el grueso de ella no es más que reinversión de utilidades generadas aquí), Salinas no dio una, porque a lo anterior se puede añadir la espeluznante cuan creciente dependencia externa de alimentos que México registra, la debacle económica y social en el campo, desplome salarial y constante pérdida de prestaciones sociales, baja productividad, ausencia de soberanía económica, la gran lavandería en la que se ha convertido el sistema financiero que opera en el país (lo que ha sido permanentemente denunciado por la ONU y por el Departamento de Estado) y tantas otras gracias que se quedan en el tintero, sin olvidar la terrorífica concentración de la riqueza, el ingreso y la actividad económica.
Eso sí, el volumen de ventas al exterior se multiplicó, aunque a estas alturas 82 por ciento de las exportaciones se concentra en unas cuantas empresas, la mayoría pertenecientes a los llamados megacorporativos trasnacionales, y más allá de Pemex los principales exportadores mexicanos son, entre otros, General Motors, Chrysler, Ford, Volkswagen, Nissan, Hewlett Packard, Nokia, Daewoo, LG, Panasonic, Samsung y Toshiba, por citar a algunas marcas nacionales. Y 85 por ciento de las exportaciones se dirigen al mercado estadunidense.